Un hombre compacto

Aurelio siempre ha sido un hombre compacto, estructurado, feliz. Probablemente la única persona que no me ha hablado de ansiedad en los últimos años. Aurelio es monolítico, fuerte, y yo débil y fragmentado. Pero siempre nos hemos llevado bien. Últimamente da muestras de sentirse superior a mí, cosa que me complace. Aunque esto no es lo que más me atrae de él. Lo que me intriga es cómo ha conseguido ser refractario a la ansiedad. He intentado elaborar teorías, a cual más peregrina. Como que Aurelio carece de autoconsciencia, lo que le convierte en un superdotado para la acción. O que no tiene mente o alma, solamente una mirada técnica, enfocada en resolver problemas. No obstante adivino una grieta en el monolito aureliano: se dispone a ser padre. 

 

 

Modelo Plexus

Hay automóviles que ahora resultan inverosímiles en su forma y apariencia. La caja metálica se ha ido transformando en un objeto ilusorio. En una ilusión que apunta a una idea de diseño, a una idea de futuro. Más allá de la adecuación de forma y función. Uno tiende a querer pensar que el barroquismo formal que experimenta el diseño automovilístico significa el definitivo acabamiento del propio automóvil como objeto. Como objeto popular, al menos. El pliegue formal ha sido un síntoma evidente del acabamiento de otra clase de objetos, en mi opinión. 

Los fantasmas

En la ciudad solo. Como hacía tiempo no sucedía. En la calle solo, durante horas. Me he acordado de que me gustaba esa sensación. Deambular, intentando no encontrarme con nadie conocido. Intentar perderse un rato. En la calle solo. En la calle turista, perdido. Temiendo encontrar a alguien y sentirse obligado a explicar por qué, adónde, qué se hace aquí a esas horas. Mirar a la gente es mi deporte favorito. Desde una academia de peluquería en la hora de salida hasta una escuela de diseño. Todos los excesos infantiles, callejeros, me tienen atento. Pero no me pierdo, en unas horas vuelvo, con un par de libros bajo el brazo. Y un niño charlatán preguntando en voz alta los secretos de un cambio de marchas. 

 

 

 

Lo viejo

Un rasgo de la pintura y el dibujo últimos que más me han gustado es la rapidez de ejecución y, se intuye, de planteamiento. El no pensar, como consecuencia de la velocidad. El flujo constante en el sitio del carácter meditativo, paciente. Para estar hay que decir algo, cualquier cosa, pero que sea rápido. Una alumna el pasado curso me descubrió el concepto de lo "rándom". (¿Profesor, puedo hacer un dibujo rándom?) 

Entonces, ¿de qué me escandalizo cuando compruebo que mi hijo ha pasado horas viendo vídeos de Tik Tok? En cierto modo, la red social china es un epítome de la modernidad. El audiovisual aforístico cargado de ironía, de banalidad, de contenido rándom. 

Es que no somos capaces de conectar con el sentido del humor de ellos. ¿De qué se ríen nuestros hijos?, yo creo que ni ellos lo saben, reza conmigo un colega.