lunes, 26 de marzo de 2018




El silencio es abstracción. El silencio no tiene anclajes con lo real. La literatura del silencio, si es que puede llamarse de esta manera, no encuentra puntos de apoyo en la realidad inmediata: sería por tanto la antítesis de la literatura realista. Tradicionalmente se asume que la literatura del silencio es más reflexiva que la literatura realista; aunque por supuesto no tiene que ser así.

La herramienta de la literatura es la palabra; pero el fin último es la imagen. El texto literario remite siempre a una imagen. De ahí su carácter abstracto o realista. Cada escritor vuelve obsesivamente a esa imagen que rebusca con palabras; siempre retóricas e imprecisas.

Si consigo encontrar esa imagen; si logro entenderla, no puedo decir que no me gusta un escritor. A veces es una imagen múltiple o panorámica; como en la literatura de Eduardo Galeano. Que quiere dar una visión del mundo y sus desequilibrios. Otras veces la imagen es mucho más precisa o acotada; mejor perfilada. Como en el autor de bestsellers John Le Carré. Por hablar de dos autores que he estado leyendo recientemente. Le Carré habla del orden dentro del desorden del mundo; de la necesidad de orientarse en el caos. No en vano, David Cornwell elige Le Carré ("El Cuadrado") como seudónimo.














domingo, 18 de marzo de 2018

1388. No olvides cuidar tu espalda en el trabajo.
1389. El divorcio ha muerto.
1390. Llegan modelos afectivos en los que cabe todo.
1391. No sabes dónde vas.
1392. El antídoto contra la rutina también sería el fin del miedo.
1393. Qué pasa cuando hay hijos.
1394. Siempre habrá una fecha que requerirá una acción.
1395. De una manera cariñosa y justa sería difícil ignorar las cosas.
1396. Otro bote más para el neceser.
1397. Estoy llenito de amor.
1398. Todo comienza con la hidrolisis.
1399. Relajaos y disfrutad del vino.
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