lunes, 17 de abril de 2023








 

La raqueta rota

Vimos que en el hotel había una vieja pista de tenis y nos dijeron que alquilaban raquetas para jugar. La mía estaba un poco rota, un poco doblada por el marco. Algún otro cliente del hotel jugó con ella y la trató a golpes. Cogí esa raqueta intentando acertar el golpe. Me costó un tiempo corregir el movimiento para adaptarlo a la curvatura irregular del marco. Me gustó jugar con esa raqueta poco útil. Lo fácil hubiera sido pedir otra en recepción. No obstante, no hubiera descubierto aquel extraño efecto lateral en el golpe de drive. Pensé en otros utensilios poco útiles con los que me gusta perder el tiempo, como mis viejos pinceles de mala calidad. O mi cuerpo ya perpetuamente lesionado, mi espalda torcida, mi rodilla rota. 
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