miércoles, 11 de mayo de 2022






 








 

La psicóloga

Ya no me pongo mascarilla excepto cuando entro en una farmacia y en la consulta de la psicóloga. Se llama Aurora y se parece a su nombre: es fresca e ingenua. Dejé de ir a la consulta del sesudo Ebbinghaus. A la tierna Aurora parecen afectarle de verdad mis impulsos suicidas, así como la adicción a las pastillas que me trae por la calle de la amargura, falsificando recetas y mintiendo a todo el mundo. Aurora me recibe con una sonrisa sanadora. Aurora no es un discurso, es una actitud. ¿Qué hacer con lo que queda? Me manda deberes para casa. Escribe, dice Aurora. Sí, escribo, pero qué. 

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