lunes, 30 de marzo de 2015




Qué difícil es caminar entre la gente
Y simular que no se ha muerto.
Y en este juego de trágica pasión
Confesar que aún no se ha vivido.

Y escrutando en la nocturna pesadilla,
Encontrar el orden como un desordenado torbellino.
Para que en el inexpresivo resplandor del arte
Descubramos el mortal incendio de la vida.

sábado, 28 de marzo de 2015




Roberto, a la izquierda, contaba chistes sin gracia. Que de poco graciosos nos hacían reír. Con un timbre de voz amable y un tono ingenuo. Al arrancar los aplausos, le daba la vuelta a su mandolina de manera que, en la parte trasera de la caja, se podía leer "GRACIAS".

Quique, menos chistoso, nos hablaba del origen de las canciones. Muchas de ellas rescatadas del folclore tradicional de la Alcarria. (Se declaran fans de Agapito Marazuela.) Aunque dicen interpretarlas a su manera.

Después de media hora escuchándoles rasgar insistentemente mandolina y guitarra uno tiende a aburrirse. Como si se estuviese asistiendo a un espectáculo de otro tiempo, con otro ritmo. Tal vez Lorena Álvarez de una pátina algo más, digamos, contemporánea a esta clase de tonadas.

Sin embargo, hartos como estamos de tragarnos el folclore norteamericano, el rédito que uno extrae de presenciar el show de estos Hermanos Cubero tiene que ser favorable. Resultan accesibles y rigurosos a partes iguales. Y uno abandona la sala con una sonrisa. Pensando que tal vez el mundo sería mejor si el buen rollo y el candor de estos dos fuese algo generalizado.

lunes, 23 de marzo de 2015




En papel parece un libro. Ahora uno puede encargarlo en Amazon. Te lo imprimen de manera exclusiva. Ya hay una primera tirada de tres ejemplares, adquiridos todos por el autor. Yo me lo guiso, yo me lo como.


http://www.amazon.es/Devu%C3%A9lveme-noche-rota-Jos%C3%A9-Morand/dp/8415521057/


Hace no mucho dijeron en un telediario que hay una nueva terapia para los enfermos de Alzheimer. Consiste en hacerles escuchar canciones de cuando eran jóvenes. Las canciones de su juventud consiguen despertarles emociones pretéritas. Consiguen, tal vez, hacerles revivir las cosas que formaron parte de sus vidas. Esas cosas que la enfermedad ha carcomido.

Puede que las canciones de mi libro sirvan de guía para hacerme recordar cuando yo ya no sea capaz por mí mismo. Los relatos no. Los relatos están llenos de mentiras.

martes, 17 de marzo de 2015




En las afueras de la ciudad crece solitario un barrio
Sobre una tierra movediza y pantanosa.
Allí viven los poetas y se saludan
Unos a otros con una sonrisa arrogante.

El día se levanta inútil y radiante
Sobre este triste pantano:
Sus habitantes lo dedican al vino
Y al trabajo arduo y persistente.

Cuando se emborrachan se juran amistad,
Conversan cínica y despiadadamente
Hasta el amanecer. Luego, entregados a su pasión
Trabajan cual necios sin remedio.

De pronto, salen a rastras de sus buhardillas
Para mirar cómo arde el mar en la tarde:
Con los ojos bien abiertos quedan cautivados
Por las trenzas doradas de las muchachas que pasan.

Enternecidos sueñan el Siglo de Oro,
Amigablemente riñen a sus editores
Y lloran con amargura a causa de una florecilla
O a causa de alguna nubecilla perlada.

¡Así viven los poetas, amigo lector!
Quizás tú pienses que todo esto sea mucho peor
Que tus débiles y vanos esfuerzos cotidianos,
Que tu arrabal pequeño burgués.

No, querido lector, mi crítico ciego,
Por lo menos los poetas tienen
Sus musas, sus nubecillas, su Siglo de Oro,
¡Todo lo que para ti es inaccesible...!

Tú estas a gusto contigo mismo, con tu esposa,
Con tu vida reducida,
Pero los poetas sufren de dipsomanía mundial
Y para ellos es poco una vida así.

No importa que mueran, como perros, tras una alambrada
O que la vida los haya enlodado.
Creen que algún Dios los trajo aquí
Para que besaran la ventisca y la nieve...






sábado, 14 de marzo de 2015




Lo que solemos calificar tranquilamente de recuerdo resulta ser una forma de narración que sucede continuamente en nuestra cabeza y que cambia frecuentemente al divulgarse.


domingo, 1 de marzo de 2015




La noche, la droguería, la calle, el farol.
Mundo absurdo e insípido.
Vive aunque sea un cuarto de siglo más
Y todo será lo mismo. No hay salida.

Morirás -empezarás otra vez desde el comienzo.
Todo se repetirá como antaño:
La noche, el helado escarceo en el canal,
La droguería, la calle y el farol.
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.