miércoles, 7 de septiembre de 2011
Primero me describiré a mí mismo
empezando por mi cabeza
o mejor mi pie
o mi mano
o el meñique en mi mano izquierda
mi meñique
es tibio
un tanto curvado hacia adentro
termina en uña
está hecho de tres segmentos
cerca de mi palma
librado a sus propios medios
sería un gusano de buen tamaño
es un dedo muy especial
el meñique de una mano izquierda
único en todo el mundo
me lo dieron directamente
otros meñiques de una mano izquierda
son una fría abstracción
comparto con el mío
fecha de nacimiento
fecha de muerte
común soledad
sólo la sangre
ocupada en la escansión de oscuras tautologías
une playas distantes
con un hilo de mutuo acuerdo
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El cariño que yo le tengo al mío no da para un poema del calibre del de Herbert. Aún así, no es mala idea la de buscar poesía en la autodescripción. Al fin y al cabo todos tendemos a la autoexposición, y más en estos tiempos. Puede ser un filón. Que desgaste. Pero un filón.
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