lunes, 3 de septiembre de 2018

(Sobre el optimismo de Rogelio)

La edad no perdona. Lo he dicho anteriormente: me duele ver a Federer en este tipo de situaciones y mucho me temo que a partir de ahora se vayan a producir muchas más. Debería pensar en una retirada digna, con los fastos que se merece y que se pelee quien sea por estúpidos récords.

Vi poco del partido pero lo que vi no me gustó nada. Y menos de cara a un torneo de dos semanas y a cinco sets todos los partidos. (Estaba lento como el caballo del malo.)

Espero que Rogelio se haya puesto feliz por el mejoramiento de Djokovic, igual que el mejoramiento de Wawrinka le puso tan feliz. Y espero que trabaje para mejorar su propio mejoramiento de cara a Nueva York.

(...)

1. ¿Desde cuándo jugar un Máster 1000 a tres sets te hace llegar a la final más cansado que un Grand Slam de dos semanas jugando todos los partidos a cinco?

2. ¿Ahora se ha dado cuenta Rogelio de que el juego de fondo depende de las piernas y las piernas, o todo lo que trae consigo el eufemismo, es lo primero que se pierde con la edad?

Recuerdo lo que se decía en el 2017. Rogelio había logrado trascender su edad haciendo su juego más rápido. Restando casi de bote pronto. Subiendo a la red como ya nadie sabe hacer en el circuito. Acortando los puntos (lo que le permitía correr menos). No dando ritmo a sus rivales. (Desde luego, si quiere ganar a Rafa o a Nole no será jugando como ellos...)

Y 3. ¿Quién le está aconsejando? A mí, la verdad, Ljubičić nunca me ha parecido especialmente inteligente. El curso pasado Rogelio nos sorprendió a todos. Ahora parece que esté tratando de jugar como hace cuatro o cinco años, pero peor, sin físico. Sin ideas, desde luego no es para ser optimistas. Jugando como ante Djokovic, en Cincinnati, desde luego, podría caer ante cualquiera inclusive en las primeras rondas.

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