sábado, 28 de marzo de 2015




Roberto, a la izquierda, contaba chistes sin gracia. Que de poco graciosos nos hacían reír. Con un timbre de voz amable y un tono ingenuo. Al arrancar los aplausos, le daba la vuelta a su mandolina de manera que, en la parte trasera de la caja, se podía leer "GRACIAS".

Quique, menos chistoso, nos hablaba del origen de las canciones. Muchas de ellas rescatadas del folclore tradicional de la Alcarria. (Se declaran fans de Agapito Marazuela.) Aunque dicen interpretarlas a su manera.

Después de media hora escuchándoles rasgar insistentemente mandolina y guitarra uno tiende a aburrirse. Como si se estuviese asistiendo a un espectáculo de otro tiempo, con otro ritmo. Tal vez Lorena Álvarez de una pátina algo más, digamos, contemporánea a esta clase de tonadas.

Sin embargo, hartos como estamos de tragarnos el folclore norteamericano, el rédito que uno extrae de presenciar el show de estos Hermanos Cubero tiene que ser favorable. Resultan accesibles y rigurosos a partes iguales. Y uno abandona la sala con una sonrisa. Pensando que tal vez el mundo sería mejor si el buen rollo y el candor de estos dos fuese algo generalizado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.