miércoles, 6 de noviembre de 2013

Siento el mundo rodar bajo mis pies,
rodar ligero con siempre capacidad de estrella,
con esa alegre generosidad del lucero
que ni siquiera pide un mar en que doblarse.

Todo es sorpresa. El mundo destellando
siente que un mar de pronto está desnudo, trémulo,
que es ese pecho enfebrecido y ávido
que sólo pide el brillo de la luz.

La creación riela. La dicha sosegada
transcurre como un placer que nunca llega al colmo,
como esa rápida ascensión del amor
donde el viento se ciñe a las frentes más ciegas.



5 comentarios:

  1. La foto acariciando al perro seguro casi que está hecha en el hotelito de la colonia madrileña donde vivió el poeta y que la alcaldía no quiso recuperar para museo.

    ResponderEliminar
  2. nadie escribe como Aleixandre de esas cosas: sentimientos, sensaciones, de nada en concreto... de ese modo enrevesado y barroco, alegre y angustiado a la vez...

    hay un escritor actual que me lo recuerda, curiosamente: Eloy Tizón

    si hubiesen hecho el museo no me hubiese importado pagar por visitarlo

    un saludo

    ResponderEliminar
  3. El nuevo libro de Tizón es una gozada. Tan bueno como "Velocidad de los jardines" al que llegué gracias a ti o a Lans, ya no recuerdo. Para mí tiene más mérito escribir de esa manera en prosa que en poesía.

    ResponderEliminar
  4. si no lo tienes ya, pídete para los Reyes Magos otro librito suyo de cuentos titulado Parpadeos

    a mí Velocidad de los jardines me gustó mucho porque me descubrió al autor... pero tienes razón en que mantiene el nivel o lo supera en las entregas posteriores

    saludos

    ResponderEliminar

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.