lunes, 25 de noviembre de 2013




Estamos ante un diario escrito (a veces en papel y otras en un blog) por un profesor de Dibujo Técnico de secundaria. Tiene cuarenta años, un niño pequeño, una esposa y un trabajo que odia profundamente. Sí, nuestro protagonista odia su trabajo. Es más, odia el sistema educativo e incluso a sus alumnos. No soporta la idea de llegar al instituto e intentar enseñar a un alto porcentaje, porque alguno se salva, de alumnos que no tienen el mínimo interés por sus enseñanzas. ¿Es o no es algo frustrante?

Y esta situación es la que lleva a nuestro protagonista a ser un auténtico hipocondríaco, asocial y rutinario. Porque esa es otra de sus señas de identidad: las rutinas. Siempre realiza las mismas acciones: levantarse temprano para llevar al niño a la guardería y dirigirse al instituto. Es tan rutinario que incluso repite siempre el mismo desayuno: Coca-Cola light con rosquillas. E incluso es fiel todos los lunes a comer en un más que dudoso, por la calidad de su comida, restaurante.

Nuestro protagonista decide escribir, primero en folios o donde pille y más tarde, deduzco, en un blog, para poder plasmar sus angustias e intentar que el tiempo que pierde, sin hacer nada productivo, no sea un tiempo tan malgastado.

Entiendo que la narración tenga que ser caótica, pues nuestro personaje principal así lo es. Y es que está hablando de algo, lo que sea, y de repente se pasa a otro tema. Insisto en que entiendo que esto forma parte del personaje, pero no he podido evitar perderme en más de una ocasión.


Todo el libro está escrito en primera persona, con un lenguaje directo y fácil. No obstante, hay pasajes que se hacen un poco pesados... y es que no me apetece nada leer la transcripción que hace, casi literal, de los prospectos de los medicamentos que se tiene que tomar. Tampoco me ha gustado la descripción detallada que hace del acto de defecar y de cómo son sus deposiciones...


Simplemente, nuestro profesor necesita desahogarse con alguien... y para eso escribe, para ser escuchado.



http://quilu-vamosaleer.blogspot.com.es/2013/10/rutina-y-adicciones.html

2 comentarios:

  1. Aunque debería ser una máxima universal y no lo es, das en el clavo de la curiosidad y la inquietud con esto: 'Si empiezas a interesarte por algo, tarde o temprano has de interesarte por la genealogía de ese algo'.

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