
Señor, serenas son
Todas las horas
Que derrochamos, si en
Malgastarlas,
Como en un jarrón,
Colocamos flores.
No hay tristezas
Ni alegrías tampoco
En nuestra vida.
Luego déjanos aprender,
irreflexivamente sabios,
A no vivirla.
Sino a dejarla flotar,
Tranquila, serena,
Permitiendo que los niños
Sean nuestros profesores
y que nuestros ojos sean
Colmados por la Naturaleza.
A la orilla de la corriente,
Al borde de la carretera,
Cae erguida-
Siempre en el mismo
Respiro de luz
De estar vivos.
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