Llegar al fin
hasta la puerta
de tu casa,
entrar,
echar todas las cerraduras,
y, como quien saborea
el sabor de la venganza,
decirlo:
«ahí
os quedáis,
hijosdeputa».
domingo, 9 de febrero de 2014
miércoles, 5 de febrero de 2014
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
“Emito mis alaridos por los techos de este mundo”,
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron,
de nuestros “poetas muertos”,
te ayudan a caminar por la vida.
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los “poetas vivos”.
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas...
martes, 4 de febrero de 2014
-¿Cómo sabes lo que te está pasando realmente?
Fue todo lo que se me ocurrió en ese momento.
-Oh, no lo sabes nunca -dijo Mildred.
Mildred tenía el papel del permiso de conducir en la mano con la que manejaba el volante. Nos estábamos acercando a dos garitas de madera contiguas. La carretera se bifurcaba al pasar por delante de ellas.
-Hay dos clases de personas en el mundo -dijo Mildred-. Bueno, en realidad hay muchas. Pero en esto hay sólo dos: las que entienden que no lo sabes nunca, y las que creen que lo sabes siempre. Yo soy de las primeras. Es más seguro.
lunes, 3 de febrero de 2014
domingo, 2 de febrero de 2014
Chirbes recuerda cuando se fue a trabajar a Marruecos en 1977 y cómo al volver no reconocía a sus jóvenes amigos, que habían dejado de cantar a Llach y andaban enredados con el terror en el hipermercado y la movida madrileña. "Era la vertiente cultural del '¡Enriqueceos!', pintores y músicos que cobraban un dineral de los ayuntamientos", explica el escritor.
Chirbes desconfía de las redes sociales. No le gusta su clamor desde el anonimato y la cobardía. "Para mí son como esas 'tricoteuses' de la revolución francesa, que esperaban ver qué cabeza caía de la guillotina para celebrarlo". La comparación hizo fortuna y la palabra "tricoteuse", hasta ahora patrimonio de los historiadores, ha estado muy presente en el discurso de los enemigos de las redes sociales.