sábado, 10 de marzo de 2012



El grado más alto de la tristeza tanto puede ser
un general ciego mendigando a través de las islas
como hacia las 3 de la mañana la avenida de la Ópera
No hay límites para la melancolía humana
Se cuenta siempre con una piedra para colocar sobre la pirámide de las lágrimas
Estáis seguros de padecer tanto como una mujer estrangulada
en el momento en que ella sabe que todo ha terminado y desea acabar
Estáis seguros de que no valdría más
ser estrangulado si uno piensa en los cuchillos de las horas que se acercan
Desde hace tiempo vivo mi último minuto
La arena que mastico es la de una agonía invisible y perpetua
Las llamas que hago recortar de tiempo en tiempo por el peluquero
son las únicas en delatar el negro infierno interior que me habita
Como cuerpos privados de sepultura
los hombres se pasean por el jardín de mi mirada
Soñadores inexplicables
o soy el único a quien golpea una mano desecada
en este desierto poblado entre estas flores áridas

Amo y soy amado Nada nos separa
Por qué entonces estar triste en el corazón espléndido del amor
El mundo sacude su estúpida cabeza Sabelotodo
Amo aunque la vida sea mortalmente intolerable
Amo aunque luego me vea obligado a aullar
Detrás de mí arrastro el manto fantasmal de las intenciones ocultas
Una cadena de perfeccionamientos del dolor moral
suena a mis pies espantosamente desdichados
Amo y nos amamos pero en medio de un naufragio
pero en la punta de un puñal y no puedo
no puedo soportar el mal que esto ha de hacerte
Tus ojos tus ojos amor mío desorbitados por todo lo que sea placer
Que me arranquen el corazón con tenazas
que terminen con mi cabeza que se despega
Bebo una leche como tinta y la hora del mediodía
se parece al carbón de los pantanos
donde se marchita el Sphagnum al que tomo por mi imagen en los espejos
Yo amo Yo te amo pero
en la cala de un barco en el instante de dar el salto Impaciencia
Innoble impaciencia de saber si eso podrá soportarse

Mas no todo ha de ser ruina y vacío.
No todo desescombro ni deshielo.
Encima de este hombro llevo el cielo,
y encima de este otro, un ancho río

de entusiasmo. Y, en medio, el cuerpo mío,
árbol de luz gritando desde el suelo.
Y, entre raíz mortal, fronda de anhelo,
mi corazón en pie, rayo sombrío.

Sólo el ansia me vence. Pero avanzo
sin dudar, sobre abismos infinitos,
con la mano tendida: si no alcanzo

con la mano, ¡ya alcanzaré con gritos!
y sigo, siempre, en pie, y así, me lanzo
al mar, desde una fronda de apetitos.



jueves, 8 de marzo de 2012



¿Cuándo perdiste el sentido del humor?
Te levantas a medianoche
con el mismo sueño suicida
de siempre
quemándote las entrañas.
Echas una meada y vuelves
al lado de esa mujer inverosímil,
sensible y dura. Hace un rato
estabais hablando de envejecer juntos;
ir a los cines
como un par de abuelitos modélicos.
Los cines como reducto último
de rebeldía (fantasía burguesa
al canto). Los cines
nos unieron. Nuestra vida
en los cines. Te veo sola en
los cines, le dije.
Luego me pareció cruel,
la bromita. No veo nada idílico
llegando a viejo
habiendo sido un mediocre cinéfilo.
No es la solución
que yo estaba esperando.
Repasemos: Haces el gesto habitual
de suicida noctámbulo. Deslizas
una cuchilla por el desnudo
de la piel y miras tu cara de idiota
en el espejo del retrete. ¿Cuándo
perdiste el sentido del humnor?
Imaginas el sangriento espectáculo.
Demasiado aparatoso, piensas.
Si solamente hubiese que pulsar
un interruptor,
como quien apaga la luz,
hace ya tiempo que lo hubieses hecho.
De modo que sigues vivo
por no montar el lío.
Eres mezquino
hasta para eso.
Nada,
te veo anciano cinéfilo.
En los cines, la promesa de una re-
volución que nunca llega,
como una alucinamiento senil
o una quimera.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Actividades mínimas:
ordenar animales de juguete,
ver la tele,
dibujarse a sí mismo, bajo mi tutela,
dibujar a mamá, luego a papá
[el tamaño es decreciente,
lo que denota
la importancia de cada uno;
(yo soy, claro, el menos importante
de los tres)], dibujar un oso,
pintarlo con un boli azul,
gritar como una lagartija, gruagh,
agacharse, llorar, tomarse la medicina,
preguntar por los abuelos,
llamar a los abuelos,
preguntarles, directamente, si van a venir,
preguntarme por qué no vienen los abuelos,
beber agua,
escribir una D,
escribir una I,
escribir una E,
escribir una G,
escribir una O,
decir ya está,
ir a hacer caca,
no hacer caca,
contar un cuento,
de qué,
de El Rey León,
gruñir como un auténtico león, gruagh,
cómo, ¿así no es como gruñen las lagartijas?,
no, gruagh no, GRUAGH,
ah, vale, mejor así,
quejarse, sonreír,
decir que nunca jamás seremos amigos,
decir que somos muy amigos,
no hacerme caso,
requerir mi atención,
pedirme un dibujo,
qué dibujo,
un león, gruagh, cómo,
GRUAGH,
ah, muy bien,
pintarlo de amarillo,
¿ese amarillo?,
no, ese otro, mejor,
decir ya está,
¿otro?,
no, ahora un hipopótamo,
pintar de negro el hipopótamo,
pintarlo hasta hacerlo desparecer,
desaparecer,
que nadie sepa de nosotros.
Ocupamos nuestra pequeña burbuja,
pueril y tierna.
Somos hombres invisibles.
No, yo soy Bátman
y tú el Capitán Garfio.
¿Llamamos a mamá?
(Bolonia)



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