sábado, 10 de marzo de 2012

Mas no todo ha de ser ruina y vacío.
No todo desescombro ni deshielo.
Encima de este hombro llevo el cielo,
y encima de este otro, un ancho río

de entusiasmo. Y, en medio, el cuerpo mío,
árbol de luz gritando desde el suelo.
Y, entre raíz mortal, fronda de anhelo,
mi corazón en pie, rayo sombrío.

Sólo el ansia me vence. Pero avanzo
sin dudar, sobre abismos infinitos,
con la mano tendida: si no alcanzo

con la mano, ¡ya alcanzaré con gritos!
y sigo, siempre, en pie, y así, me lanzo
al mar, desde una fronda de apetitos.



2 comentarios:

  1. Amo a Blas de Otero desde que leí aquel verso: "esta angustia de ser y de sabernos a un tiempo, sombra, soledad y fuego"

    ResponderEliminar
  2. se llama consciencia, y por fortuna no siempre es angustiosa, aunque sí: debenos ser el único bicho que se angustia

    ResponderEliminar

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.