miércoles, 14 de mayo de 2025

Michael Andrews y Robert Walser

Llevo años indagando sobre quién podría ocupar el lugar de Robert Walser en el mundo de la pintura (el mundo de la pintura escindido del arte). Porque quién era Walser sino alguien que pretendió pasar por la vida sin que nadie lo advirtiera, como si no hubiera tenido existencia.  Articuló su paso por el mundo como un recurso contemplativo. Su no participación era un método de escritura. Si no era nadie podría verlo todo,  sentirlo todo, registrarlo todo, esto es, escribirlo todo. Si no era nadie podría establecer distancia con todo. 

Michael Andrews resulta un personaje difícil de conocer.  A pesar de que en algunas fotografías aparece rodeado de personas ilustres, como Francis Bacon o Lucian Freud, o Frank Auerbach. Se le pasa por alto,  como si su imagen hubiese sido difuminada.  Como si no quisiera estar ahí.  Andrews presenta siempre un aspecto etéreo.  Natural, no incómodo,  pero sí anodino.  Su presencia en la imagen parece un asunto superfluo; podría no estar y no pasaría nada. Los demás,  Bacon, Freud, reivindican su lugar,  con fuerza, muestran su singularidad con arrogancia.  Qué le puede quedar a Andrews.  Ni siquiera sus cuadros expresan deseo alguno de destacar.  Son descuidados y realistas,  cotidianos,  a menudo tan anodinos como él mismo. 

Los adolescentes llaman a este tipo de personajes npc.  (Non playing character.) En relación a los personajes que aparecen en los videojuegos casi de atrezzo,  sin intervenir en el juego.  Llamar a un niño npc es un insulto; al fin y al cabo están siendo educados por las redes sociales para estar llamando la atención todo el tiempo. 

Walser y Andrews son npcs perdidos ya en otras épocas.  Con aventuras vitales consistentes en adelgazar su existencia para,  agazapados en ningún sitio,  sin ningún protagonismo,  tener el privilegio de observar. 




martes, 13 de mayo de 2025








 











 

Catherine Millet y Bonnie Blue

Probablemente siempre habrá esa pugna entre mujeres y hombres,  aunque se logre que desaparezcan las situaciones de maltrato. Aunque ya no haya odio entre algunos y algunas.  Siempre habrá eso nuestro y eso suyo. 

Se habla, quizá con razón,  del fin del intelectual blanco, occidental y heterosexual.  Ya no tiene nada que decir un individuo así.  Ya se ha ido mucho de putas y ya se ha emborrachado demasiado. Ha explorado ya todas sus aristas, aunque aún pretendan mantener su hegemonía a golpe de reel,  los Llados del mundo.

Siempre me da la impresión de que lo que sucede en corrillos intelectuales acaba por popularizarse,  de una manera más o menos burda. Cuando Catherine Millet publicó sus hazañas sexuales me dio cierto pudor leer algunas cosas,  como una escena en que Millet se entrega a una horda de camioneros.  Por qué lo hacía.  Yo no podía dejar de pensar que el provecho era de ellos,  que eran ellos quienes se servían de ella y no al revés.  Poco sé de la sexualidad femenina,  a pesar que unas poca mujeres hayan tenido a bien compartir la suya conmigo. 

Bonnie Blue es una usuaria de Only Fans,  la red social de contenido adulto,  que se ha hecho famosa por acostarse con 1000 hombres en un día.  Lo que deja en nada la aventura de Catherine Millet con sus camioneros. Como no estoy suscrito,  yo solamente he podido ver imágenes de las largas filas de hombres enmascarados que esperaban pasar a follarse a Bonnie Blue.  La chica dice gustar de dar uso a todos sus agujeros.  Dice que con esta acción pretende reivindicar una capacidad, una voracidad,  muy superior a la de cualquier hombre. 

Ya está bien de hazañas -físicas- masculinas.  Más allá hay un territorio,  una frontera,  en la que ningún macho va a poder adentrarse. 


Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.