Sócrates el sileno y la tortuga Krishnamurti. Cómo relacionar figuras tan distantes en tiempo y circunstancias. El sofista condenado a muerte por ironizar sobre los dioses y pervertir jóvenes, y el falso mesias de la teosofía que se construye como figura pública negando la teosofía y negando el mesianismo.
Ambos priorizaron la pedagogía y ambos fueron, fundamentalmente, ágrafos. Y las pedagogías de ambos consistieron, en el mejor de los casos, en la negación de la figura del maestro. Al sileno se le conoce como el filósofo irónico; la tortuga fue profeta de la lentitud y el silencio. No obstante, a Krishnamurti bien podrían haberlo condenado a muerte los gurús de la meditación trascendental, cuando dijo que "no es sano estar bien adaptado a una sociedad enferma".
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