martes, 11 de agosto de 2015

48

Cuatro o cinco días antes. Jorge Fernández Díaz se reune en su despacho con Rodrigo Rato y no hablan de si la Guardia Civil está investigando al exvicepresidente o si la Policía persigue el rastro de su presunto blanqueo de capitales en el extranjero. No les interesa mantener una conversación en la sede del Ministerio de Interior sobre temas coyunturales. Su amistad está por encima de estas cosas. Jorge ha citado a Rodrigo en su despacho simplemente por tener un poquito de intimidad. Su conversación transcurre más o menos así:

Qué pasa quinqui, dice Jorge Fernández Díaz. Y muestra a Rodrigo el puño derecho cerrado, para que su amigo le choque los nudillos.

Hola, piltrafilla, dice Rodrigo Rato. ¿Mucho curro?

Qué va, Rodri, ya sabes, me paso las horas tocándome los güevos. Como tú. (Ambos ríen, congraciados.)

Y la Chusa, cómo va el meneo con ella, dice Rodrigo Rato.

Dabuten. Ya sabes cómo son las tías. Les metes un poco de guita en la tarjeta y no dicen ni pío.

Por cierto, a ver cuándo organizamos una buena.

Tranqui, tronco, dice Jorge Fernández Díaz. Que no tengo la picha para farolillos.

Eres un cagarri.

¿Te acuerdas de las que organizábamos en la Joy?, dice Jorge Fernández Díaz.

Buah, éramos los putos amos.

Traíamos locas a todas las pibitas.

Sí, dice Rodrigo Rato, lo dábamos todo. Podíamos estar toda la noche de picos pardos y, luego, de buena mañana, a misa, como si no hubiera pasado nada. (Ambos ríen, congraciados.)

Me acuerdo de la cara de bueno que ponías tú, después de haberte bebido hasta el agua de los floreros. Ay, qué risa. Todavía me parto.

Sí, tío, había que disimular.

Y la que montamos en la boda de tu hermana con el torero. Qué tiempos.

Sí, qué tiempos. Mírate ahora, todo formalito, dice Rodrigo Rato.

Es lo que toca, canijo, dice Jorge Fernández Díaz. Eh, te dejo, que a las once y media vienen a hacerme las uñas.

Okey, petardo, hablamos otro rato.

Un beso, maricón.

3 comentarios:

  1. Veo una serie de televisión en esto tuyo.

    ResponderEliminar
  2. Pues yo lo escribo pensando más en unos guiñoles. Unos guiñoles con muy poca gracia

    ResponderEliminar
  3. En efecto, guiñoles con muy poca, muy poca gracia, y la que tienen se la das tú

    ResponderEliminar

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.