lunes, 17 de febrero de 2014




Me enternecen sobremanera
esas parejas
de viejecitos renqueantes
que se sostienen en pie difícilmente
y sin embargo llegan cada día
puntuales a la cita
con el café con leche
y el periódico.
Miran como si en realidad
lo que suceda
nada les importase, como si todo
lo habido y por haber
se la trajese floja
a esas alturas.
Y lo único que quieren
es que mañana el bar
esté en su sitio.
Y que ellos lo vean.

3 comentarios:

  1. "lo único que quieren" Mucho piden, puede que en lugar de 'su' bar haya otro de una franquicia, o una sucursal bancaria, como en la canción de Sabina, ya digo piden mucho: que no cambie su mundo ni cambién ellos a peor. No son modestos, ni realistas, los viejos lo quieren todo.

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  2. vivir un día más, que amanezca que no es poco

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  3. Me han cambiado a veces en diversos lugares el nombre del bar, pero siempre hay otro cerca. Si la nueva decoración no gusta, pues se busca otro cerca, ánimo a los viejos que pasen por aquí o a los que van a ser viejos, en el mejor de los casos, (al menos para la familia y los amores).
    No se puede demostrar matemáticamente pero siempre amanece.

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