Llegar al fin
hasta la puerta
de tu casa,
entrar,
echar todas las cerraduras,
y, como quien saborea
el sabor de la venganza,
decirlo:
«ahí
os quedáis,
hijosdeputa».
Viejo y enorme poema de Karmelo. A veces la pasmosa simplicidad de sus versos pueden causar el rechazo del poeta anquilosado en piruetas líricas. Él se lo pierde.
¡Olé tus cojones, Karmelo!
ResponderEliminarEl Karmelo parece un poco vengativo y la verdad, no es guapito, me da pena su carita de pena.
ResponderEliminarCariños
¿Es un poema o sólo chulería?
ResponderEliminaro un pequeño tratado de misantropía...anti-Whitman, de ahí el enfado de Valeria...ideal para mañanitas lluviosas, como esta
EliminarViejo y enorme poema de Karmelo. A veces la pasmosa simplicidad de sus versos pueden causar el rechazo del poeta anquilosado en piruetas líricas. Él se lo pierde.
ResponderEliminarUn poeta "prosa-ico", siempre es una interesante contradicción en sus términos
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