
Hay que estar preparados para lo peor
y disfrutar de lo bueno. Esa es
la fórmula. Saber que nada es duradero;
que la palabra siempre es engañosa,
falsa, equívoca; que lo que hoy nos une
eternamente, mañana será polvo, odio quizás,
historia de la mala; que la vida se venga
en la felicidad. Saber que será así,
o podrá serlo. Y vivir como si el tiempo
nos debiese algo, como si fuese nuestro,
exigiéndole al contado lo que nos pertenece.
¿Pesimismo lúcido? En cualquier caso es probable que el mejor mañana es hoy
ResponderEliminarIribarren aquí parece haber revivido a mi abuelita; solía decirme eso mismo, que aprendiese a disfrutar las cosas teniendo en cuenta que en cualquier momento se pueden torcer
ResponderEliminarbon dia
Saber que todo está condenado a desaparecer es en cierto modo tranquilizador.
ResponderEliminarFan de Iribarren.
Feliz año!