domingo, 12 de enero de 2014




Hay que estar preparados para lo peor
y disfrutar de lo bueno. Esa es
la fórmula. Saber que nada es duradero;
que la palabra siempre es engañosa,
falsa, equívoca; que lo que hoy nos une
eternamente, mañana será polvo, odio quizás,
historia de la mala; que la vida se venga
en la felicidad. Saber que será así,
o podrá serlo. Y vivir como si el tiempo
nos debiese algo, como si fuese nuestro,
exigiéndole al contado lo que nos pertenece.

3 comentarios:

  1. ¿Pesimismo lúcido? En cualquier caso es probable que el mejor mañana es hoy

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  2. Iribarren aquí parece haber revivido a mi abuelita; solía decirme eso mismo, que aprendiese a disfrutar las cosas teniendo en cuenta que en cualquier momento se pueden torcer

    bon dia

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  3. Saber que todo está condenado a desaparecer es en cierto modo tranquilizador.
    Fan de Iribarren.
    Feliz año!

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