miércoles, 30 de mayo de 2012
Llegué por el dolor a la alegría.
Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor, allá en mi reino triste,
un misterioso sol amanecía.
Era alegría la mañana fría
y el viento loco y cálido que embiste.
(Alma que verdes primaveras viste
maravillosamente se rompía.)
Así la siento más. Al cielo apunto
y me responde cuando le pregunto
con dolor tras dolor para mi herida.
Y mientras se ilumina mi cabeza
ruego por el que he sido en la tristeza
a las divinidades de la vida.
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A mí de Hierro me gusta: lo poco que se gasta en peluquería (como yo), que rima y no como tantos, pero a la vez dice, y también aquello de: "Dirán que he muerto, y yo no muero.¿Cómo
ResponderEliminarpodría ser así, decidme, dónde
podría ella reinar si yo muriera?"
la combinación de ese aspecto de malo de película y la ternura infinita que destilan algunos de sus poemas a mí me flipa mucho; yo creo que es uno de nuestros grandes poetas, sin duda; ya digo, con una capacidad de ternura que a mí me conmueve
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