viernes, 4 de mayo de 2012

Acabo de recibir por correo un ejemplar usado de La amante de Wittgenstein, de David Markson. Este libro es muy anterior a Punto de fuga. La amante de Wittgenstein es más narrativo, mucho más novela. Hay un pretexto apocalíptico: una mujer en el fin del mundo, el único ser humano que queda en el planeta. Hace un recorrido introspectivo alrededor de un sin fin de referencias culturales. Es un texto simbolista, en definitiva. Sobre el final de la cultura. Un barrido entrecortado alrededor de los restos de esta fiesta nuestra: Occidente y la tradición artística y literaria. Nada que ver con Montaigne. En los textos de Markson hay una afectación tristísima. Como en un naufragio.

El vendedor, con quien yo he contactado a través de internet, me aseguraba que el libro estaba en buenas condiciones, intacto. Tiene tres frases subrayadas.

Yo nunca había comprado así un libro usado, sin verlo y sin manosearlo.

No suelo comprar libros usados, precisamente para evitarme encontrar sorpresas, anotaciones, subrayados. El tipo ha tachado una sílaba, inclusive, para corregir una errata. Me gustan los errores de impresión. Los prefiero a los subrayados.

No se necesitaba mucho dinero para comprar un regalo bonito, pero se necesita mucho tiempo,...

Los hombres están tan necesariamente locos, que no estar loco sería otra forma de locura,...

... es frecuente encontrar un nombre como el de Martin Heidegger al leer, aun cuando es poco probable que se lean libros escritos por el propio Martin Heidegger.

Yo nunca hubiera subrayado esas tres frases. Me parece insoportable que alguien haya resaltado todo eso. ¿Qué razones ha tenido? No lo entiendo. Esas frases forman, en conjunto, un discurso muy mediocre, ridículo. ¿Por qué recordarlas?


3 comentarios:

  1. La causa del subrayado es incognoscible, puede que sea mejor así, probablemente sus razones sean más tristes que las evidencias.

    Yo antes compraba muchos libros de segunda mano. Trabajaba fuera de Madrid y el autobús de vuelta me dejaba en la Estación Sur. Me iba andando hasta el brillante, me tomaba una caña y un grasiento bocadillo de calamares y me iba a la cuesta de Moyano. Muy poco original, ciertamente. Odiaba mi trabajo y estos pequeños rituales me mantenían mínimamente vivo. Mi tatarabuelo también compraba allí, cuando le dejaban, la mayoría del tiempo se dedicaba a dar paraguazos a los periodistas mientras iba de la mano de su nieta, mi abuela.

    En esos libros usados he encontrado de todo: subrayados, tachones, manchas de café y de otras cosas, direcciones, tickets, facturas, etc. En uno de ellos había una dedicatoria muy bonita de una chica a otra, su cuñada, firmada con nombres y apellidos. Gracias a internet -ya existía- pude contactar con ella, tenía curiosidad, y al final resultó ser una historia más interesante de lo que recuerdo ahora, al menos literalmente.

    En fin, te he leído con los dedos ligeros y al final te he contado mi vida. Lo siento/no lo siento.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Ciertamente frases sin trascendencia.
    Con Sasnal estoy que no cago. Empapelaría mi casa con sus dibujos hasta odiarlo. Creo que es mi falta de entendimiento con su obra lo que tanto me atrae. La mayoría de sus cuadros no los logro percibir de la manera que creo que se pueden o deben entender pero me puedo tirar ratos largos mirándolos pensando una y mil cosas diferentes. Me abren la mente de una manera inusual. ¿Qué coño son las líneas que salen de esos libros? ¿Quiere Sasnal indicar desplazamiento de los objetos con ellas? Y luego de izquierda a derecha se van difuminando, desapareciendo... no tengo ni puta idea de pintura pero ya te digo, me flipan.

    ResponderEliminar
  3. yo creo, Cefi, que esas líneas son lo que en el argot del pintorcillo suele decirse "chorritones", es decir, que el tipo lo ha pintado apresuradamente y con la pintura muy diluida y la ha dejado caer; tal vez te decepcione; no es nada misterioso o profundo, sino simple dejadez...

    Volianihil, siento especial empatía por algo que dices:

    "Odiaba mi trabajo y estos pequeños rituales me mantenían mínimamente vivo."

    me ha gustado esa historia de tu vida;

    gracias por vuestros comentarios

    ResponderEliminar

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.