viernes, 20 de mayo de 2016




El tópico español es realista, en esencia. No en vano, el cénit del arte español se sitúa en el período barroco. Con el realismo a flor de piel. Con la realidad sumando significados alegóricos, simbólicos o lo que sea. Entiendo que un pintor como Antonio López no podría haberse dado en ningún otro lugar del mundo. Antonio López es un residuo del tópico realista español del período barroco. Un residuo hipertrofiado, cargado de obsesiones y callejones sin salida. López, Antonio, es un realista quijotesco, obstinado, en una época en que sus presupuestos artísticos resultan ridículos; aunque, curiosamente, muy rentables.

Yo conocía la existencia de su compañera pintora por la película El sol del membrillo; en la que la mujer, María Moreno, aparece aunque muy de soslayo. En la película hay un membrillero y un pintor obsesionado por capturarlo con la mayor veracidad posible. Para lo que el pintor realiza mediciones imposibles. En la película el membrillero es como un animal salvaje y se le escapa al pintor, no se deja apresar; y el pintor sigue intentándolo, como si fuera un capitán Ahab español y, por lo tanto, realista.

Después de toda la vida, ahora han filmado un documental sobre la figura de la mujer, la compañera; el personaje en la sombra que también hacía sus cosas. María Moreno es una pintora cercana a su hombre; pero con un resultado más luminoso, más amable, más centrado en la imagen que en el objeto. Por tanto, menos realista y, entonces, menos español.

Hay muchas María Moreno en la cultura española (se me ocurre otra María, María España, la mujer de Umbral). Parece que en el ADN de la mujer española esté la generosidad de cederle el mérito artístico, o intelectual, al compañero, al macho. Generosidad recompensada, como en el documental citado, mediante alusiones al sacrificio que supone haber sido una mujer valiosa ensombrecida. O, en el caso de Umbral, mediante una novela póstuma en la que el escritor reconoce de una manera infame que esa otra María (España), a pesar de las infidelidades consentidas, ha sido la única, la verdadera, la mujer.


2 comentarios:

  1. Si 'popular' no es el arte practicado por el pueblo (¿existe eso, arte, pueblo, arte popular?), sino el arte apreciado por la gente común, la pintura de Antonio López es muy popular, apreciada por la mayoría por los 'parecidos', apreciada por los menos por lo que tiene de... pintura. Es interesante compararle con Ramón Gaya o con Carmen Laffón. En la reciente exposición de la Thyssen de Madrid sobre los realistas madrileños es el único que no es directamente horroroso. La obsesiva película de Erice hace buen juego con la pintura obsesiva del membrillero de López, colocando todos esos papelitos en las ramas, puesto que el árbol es menos lento creciendo que el pintor pintándolo

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  2. A mí, que no entiendo de pintura, pero que ya hablo de todo ¿cómo no iba a hacerlo con todos los gilipollas que lo hacen en todas partes teniendo, aun, menos puta idea que yo y a autocalificándose ¡tócate los cojones! como expertos? los cuadros me parecen revestidos de un matiz como muy californiano. Lindando casi con el pop art.

    Un saludo, romperaquetas. Je je je!

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