lunes, 18 de mayo de 2015

20

Juan Carlos Monedero, unas horas antes o después. Baja al garaje, se pone el casco, enciende el motor de su escúter y sale a la calle. Tiene que hacer unas compras; pero antes va a darse una vuelta por la ciudad, sin rumbo fijo. Conduce para desahogarse. Con el casco puesto, nadie le reconoce. Hijos de puta, exclama. Sois todos unos hijos de puta. Juan Carlos Monedero no necesita conducir demasiado deprisa. Esquiva el tráfico; aprovechando la maniobrabilidad de su pequeña escúter. Os vais a cagar, cabrones, exclama desde el interior del casco. Hace calor. Le entran ganas de quitarse el casco. Pero no. Le gusta no ser reconocido. Le gusta el anonimato que le proporciona el casco. Le hace sentirse protegido. Malditos. Malditos todos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.