viernes, 11 de julio de 2014




T-Bone Burnett pasó de tocar en La Trinca a confeccionar un rock-blues de alta graduación. Nada que ver. T-Bone, T-Bone. Este nombre es una textura, un sabor, una actitud.

Estuvimos en el concierto que dio Matt Ward en Valencia, no hace mucho. Coincidimos con un amigo mío, compañero de trabajo, al que hacía tiempo que no veía. El concierto de Ward fue impecable. Lo comentamos. Nada que objetar. A Ward le sobran canciones. Le falta, si acaso, "presencia", "actitud". Ward se conoce todos los trucos del oficio, sabe imitar todas las voces, todos los sonidos. Es un virtuoso del rock añejo. Una especie de Mozart de la música popular norteamericana. Todo un empollón.

Estos días estoy escuchando Low Country Blues, de Gregg Allman bajo la batuta de T-Bone. Uno escucha a Allman, sin verlo en directo, por supuesto, y destila todo lo que le falta a Matt Ward. Probablemente, el disco de Allman, a estas alturas, no tendría el mismo poso, la misma riqueza de sonido, si no estuviera detrás T-Bone Burnett. T-Bone lo impregna todo, todo lo mancha, todo lo ensucia, como si fuera inevitable. Matt Ward hace un rock deliberadamente envejecido, como una opción estética, como un acabado. Lo de Ward es puro ornamento. Allman y T-Bone no tienen otra opción. En su música se decanta de manera ineludible toda su experiencia, su vida, toda su sabiduría. No hay prisa. Parece que no tengan expectativas. Que hagan, sencillamente, lo que tienen que hacer.

En definitiva, en la música de Matt Ward, y otros como él, hay mucho de, digamos, cinismo moderno. Recuerdo haber leído una entrevista al escritor Onetti en la que dice que, según él, hay dos tipos de escritores: los que por encima de todo quieren ser escritores y los que, sencillamente, lo único que pretenden es seguir escribiendo. Si hablamos de tonadilleros populares norteamericanos, Matt Ward sería de los que, fundamentalmente, quieren ser músicos y, tal vez, Allman y T-Bone serían de los que, sencillamente, quieren seguir haciendo música.

3 comentarios:

  1. Borges decía algo parecido a (cito de memoria): todos nos terminamos dedicando a lo segundo que mejor sabemos hacer (él opinaba que eso segundo era escribir y lo primero leer bien, saber leer). Tu segunda mejor cosa probablemente es el oficio con el que te ganas duramente la vida, o tu afición avanzada en pintura, no sé, pero la primera, en mi opinión, es la de crítico musical esplendido, eres una suerte de Diego Manrique oculto.

    ResponderEliminar
  2. Respuestas
    1. se trata de cómo plantear una crítica, qué cosas recalcar, no de ser un erudito, aunque es cierto que DM es taambién eso

      Eliminar

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.