exagera, por amor, su propio desamor,
exagera, para castigarse, su propia ingenuidad,
es puritano y tierno, duro y alejandrino.
Es incluso demasiado agudo en los análisis de los signos
de las herencias, de las supervivencias:
tiene también un pudor excesivo en concederles
algo a la razón y a la esperanza.
Pues bien, ¡ay de él! ¡No hay un instante
de vacilación: basta con mencionarlo!

P. Paolo: voy a seguir tu consejo y hacer que no sea tan excesivo el pudor sin que llegue a faltar.
ResponderEliminarQue tu niño coma facilmente y no te tenga tan preocupado.
Cariños