jueves, 16 de mayo de 2013









10 comentarios:

  1. Me gusta mucho este fotógrafo, pero no especialmente estas fotos-bodegones, simplemente curiosas, sino las de su barrio de Malá Strana, en Praga, que son formidables y ensimismadas

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  2. pues a mí me parecen muy chulas; su liviandad y su austeridad me desarman: pan y huevos, para qué más...

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  3. Eso pensaba viéndolas, qué pan, con el huevo frito en rico aceite en sartén... En medio, no entro ahora.
    Y al final, el empeño que tenemos en ponerle perfíl a la Luna, en este caso menguante.
    Cariños.
    Valeria

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  4. Hablando de arte y publicidad, puede que el problema no sea tanto decidir si la publicidad es arte o no, sino definir el arte mismo. Para Juan Carlos Pérez Gauli, mientras que el arte es centrípeto, es decir, un fin en sí mismo, autoconclusivo, la publicidad es centrífuga, porque puede usar el lenguaje artístico pero está al servicio de otro objetivo.

    Hay esa idea, que creo que es oriental y que Muñoz Molina la emplea mucho, que es la de la utilidad. Es decir, un jarrón es útil, por lo que no es arte. En ese sentido, la arquitectura tampoco lo sería. En cambio, algo completamente inútil, como la poesía o pintar una pared, sería arte porque no tiene una utilidad más allá. Es una línea nítida, sencilla de entender. En ese sentido, nosotros tenemos una función clarísima, que es vender, así que de arte, nada. Ahora, si entramos en disquisiciones más profundas, otra idea de Muñoz Molina es que el mejor arte universal siempre ha surgido de encargos y no de la idea del artista libre e individual que no debe aceptar ninguna intromisión. Por otro lado, nunca ha habido un mayor mercantilismo, cosificación y banalización del arte que con el arte contemporáneo. Al final es un mercado que manejan cuatro marchantes que deciden quién vale más y quién vale menos y qué obra está bien y qué obra está mal, y lo compran los ricos. La misión del arte, si es que la que tiene, es trasladarnos una idea del mundo, y no sé si está presente en el arte contemporáneo. Lo que hay son sujetos que compran para invertir. No sé si es posible hacer arte después de Duchamp.

    P.S.- Perdí tu e-mail, así que te lo 'envío' así por si es de tu interés. Y luego lo borras.

    Bondía

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  5. No viene al caso en esta entrada, pero a raíz de rondar por aquí me ha entrado el gusanillo de la Yourcenar, como la llamáis los conocidos. Acabo de terminar El denario del sueño (sin más criterios que la disponibilidad de la biblioteca), y no es que no me haya parecido buena, que también, sino que me ha dado la impresión de que tenía que haberlas bastante mejores -es raro, eso, como si dijeras: esto ya es tan firme, tan preciso, que seguro que está dominando algo, y quiero leer ese algo-. ¿Alguna recomendación directa, unívoca, a bote pronto?

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  6. "Fuegos", a caballo entre prosa y poesía, y "El laberinto del mundo", sus memorias

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  7. Opus Nigrum tengo que releerlo con mucha disciplina.

    Valeria

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  8. entremos en comunión: prometo adquirir y leer Opus Nigrum

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