¿Tú quieres?
No, le digo.
Y me quedo mirando
esa presencia suya
como de pequeño astronauta.
Sigo fascinado,
un rato.
No encuentro argumentos
para fascinarme
tanto.
De modo que decido escribir
una especie de poema
o lo que sea.
Sobre observar
a ese astronauta
en miniatura
y fascinarse por nada.

No hay comentarios:
Publicar un comentario