martes, 19 de febrero de 2013

En la sala de profesores (una sala de profesores cualquiera, de un instituto de secundaria cualquiera, de una ciudad cualquiera), varios profesores hablan sobre el recorte de sueldo en las bajas por enfermedad. Hay una profesora que, al parecer, no se ha acabado de enterar. Las dos primeras jornadas de baja, nos descuentan un cuarenta por ciento, a partir de la tercera hasta la veinte, nos descuentan el veinte por ciento. A partir de la jornada veintiuno, percibimos el sueldo completo. Por lo tanto, si caes enfermo, procura que vaya para largo. Si enfermas de algo no muy grave, vas a tener que ir al trabajo jodido, hasta que te cures; si no quieres que te metan un tajo importante a lo que vayas a cobrar ese mes. Consecuencia: hay una profesora en el centro que lleva arrastrando una gripe desde hace semanas. Se la ve fatal, puede quedarse en casa un par de jornadas sin justificar, pero ha de volver al trabajo todavía enferma, con lo cual, no se acaba de curar. Las clases se le desbaratan de mala manera, algo que va a tener que pagar a lo largo del curso. Probablemente haya contagiado a algunos alumnos. Todos pierden. Pero ella no puede faltar, no se puede permitir que se le descuente parte de un sueldo ya bastante exiguo. Paga una hipoteca, es de los pocos que todavía la puede seguir pagando. Los gastos han subido vertiginosamente: el agua corriente ya es tan cara que casi vale la pena comprarla embotellada, la luz, los gastos de escalera, el ascensor se ha estropeado, los vecinos este mes le piden una derrama importante, la gasolina, por las nubes, todas las putas semanas hay que poner, treinta euros, antes con treinta euros llenabas el depósito, ahora no llega ni a la mitad. No puede faltar, no se lo puede permitir. Pero se la ve jodida; lleva varias semanas con muy mala cara, lo está sufriendo, la mujer.

Y luego está el asunto de los robos a los profesores. Está de moda entre los alumnos. Robos perpetrados sobre todo a las profesoras, pues las profesoras llevan la cartera en el bolso. Solamente tienen que despistarla, preguntándole cosas, rodeándola, como si de pronto varios alumnos a la vez tuviesen un interés extraordinario por la asignatura; y, mientras, otro alumno le escarba el bolso, le roba la pasta que tenga en la billetera y vuelve a dejar la cartera en su sitio. No es difícil; de hecho, es como un juego, puede llegar a ser divertido si no te pillan. Los profesores están cansados, tienen más horas y más alumnos, no controlan. Es fácil aprovechar el barullo para beneficiarse. Veinte euros, treinta euros; bah, no son nada. No tiene importancia; comparado con lo que roban los gobernantes. Puede parecer demagógico, pero el alumno de secundaria, el adolescente, es bastante permeable a este tipo de cosas. Y no es fácil desmontar el argumento que a partir de las informaciones que se vierten en los noticiarios se ha ido configurando en su cabeza: si los del gobierno roban millones de euros, qué importancia tiene que yo robe de vez en cuando un billetito de veinte o de cincuenta. Al fin y al cabo, son funcionarios, tienen curro, mi padre se ha tenido que ir a trabajar a Almería, mi madre trabaja más horas en un día que ellos toda la semana. Que se jodan. Que nos jodan a todos.

9 comentarios:

  1. Menudo percal el de la enseñanza.

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  2. No sabía lo de los robos de alumnos a profesores; es un grado mal de la violencia en las aulas.

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    1. tal vez parece que haya generalizado; es algo que ha ocurrido en el centro en el que yo trabajo, hasta donde yo sé se trata de, digamos, una "moda" local, no general... aunque cosas así pueden estar ocurriendo en muchos sitios; yo, la verdad, no lo había visto nunca

      no obstante, no deja de ser una prueba de que todo está conectado, los llamados "recortes" tienen consecuencias muy directas y a corto plazo (no digamos a largo plazo) y la política del beneficio inmediato, del robo, comporta un modelo de conducta nefasto: estos adolescentes, en contra de lo que se les dice en la escuela, ya han aprendido una lección importante: robarle a un profesor es divertido

      de hecho, uno de sus argumentos, una vez "pillados", para zafarse (se lo dijo una chica a su amigo) se parece vergonzosamente a lo que argumentan los portavoces de los mandatarios en las ruedas de prensa; la chica le dijo a su amigo: no te preocupes, no pueden probarlo

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    2. Sí, eso es lo peor de todos: lo que aprenden por imitación, no por adoctrinamiento

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  3. Cuando al padre se le va la pinza, al niño se le va la pinza. Tiene todo el sentido del mundo.
    Está bien que estés tu aquí para escribirlo. Comos siempre lo cuentas utilizando un buen bisturí. Es trágico lo que cuentas, es real, pero no se "siente" tu indignación. Lo cual es sin duda , lo mejor para escribir este tipo de cosas.
    Tabernier haría una buena película con sólo este pequeño texto.

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  4. Al hilo de esto, no se si te apetece: 'Abajo el colejio' (con jota), editado por Impedimenta, una editorial exquisita, con unos dibujos satíricos estupendos, de mediados de los 50, de su colejio el chaval dice que fundado por un psicópata en 1859

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  5. Tavernier, Hoy empieza todo, gran peli sobre la escuela

    miraré lo del colejio, gracias por recomendarlo

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  6. Eso : Tavernier con uve. Me pudo la taberna.
    Me encantó esa película.

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