lunes, 20 de agosto de 2012

Viajamos al pueblo. Bueno, a un pueblo. Al pueblo de ella. En la cumbre de una cordillera cualquiera. Poca gente en las calles. Fundamentalmente, viejos. El calor los hace salir a media tarde o al anochecer. Se sientan en la puerta a ver las cosas pasar. Los viejos tienen esa mirada distanciada que da la edad. Miran como con placer. Sentados, silenciosos. Uno pasa frente a ellos y tiene que saludarles; uno se siente obligado. Resulta poderosamente irremediable. Buenas tardes, buenas noches. Los viejos contestan eso mismo, corteses. Buenas tardes, buenas noches. Transcurre la vida entre saludos y silencios. Con la mirada puesta en la nada de los pueblos.

En la tele salen una chicas, de ciudad, sin duda, escupiendo a un viejo. Forman parte del absurdo de nuestro tiempo. Divertirse ha sido siempre absurdo, irracional. Uno se ríe del que cae al suelo habiendo tropezado con una piel de plátano. Por qué no reírse de un anciano que es incapaz de responder a los escupitajos, que sólo mira, en silencio, y, como mucho, responde a la cortesía de un saludo. Un saludo anticuado y ridículamente amable. Por qué no reírse si, en definitiva, ese individuo ya ha caído en lo peor que se puede caer: es un viejo, medio muerto, no se entera, no sabe vestirse, ni siquiera tiene móvil, seguro, sólo sabe mirar y saludar, bueeenas, viejo de mierda, ja, ja, ja, das asco, arrugado como una pasa, con ese sombrero asqueroso, hueles mal, a mierda, seguro que te cagas encima, que ya no sabes ni cagar tú solo, que te tienen que ayudar para limpiarte el culo.

La risa es así de cruel con quienes no la ejercitan. Todo en la vida es intrascendente y divertido. Todo forma parte de una broma paródica, hiperbólica y fantástica. Un anciano es ridículo en sí mismo. Su aspecto, su estética, provoca un desfase total. No le hace falta disfrazarse; es un payaso porque es viejo y feo. Como uno de esos payasos estáticos que reciben los tartazos en los circos y de los que la gente se ríe sin necesidad de que hagan nada.

3 comentarios:

  1. Es la degradación de la cultura. Porque esos viejos son cultura viva. El poeta Senghor decía que "la muerte de uno de esos ancianos es lo que para ustedes sería el incendio de una biblioteca de pensadores y poetas".

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  2. yo creo que es lo que hay, ahora... todo es cultura; vivimos en una época en que la irreverencia se ha desvinculado de cualquier acto de verdadera rebeldía; se ataca la dignidad de la gente porque sí, por puro sarcasmo; en el post he evitado hacer una crítica directa, yo lo que intento es entender, aunque no entiendo nada, la verdad, y cada vez menos

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  3. El otro día leí una entrevista a nuestro querido Richard Ford en la que decía que lo único que le interesa es escribir sobre cosas difíciles de comprender.

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