domingo, 8 de abril de 2012



Historias que me han contado estos días, verídicas o no. Un agricultor que siempre ha querido ser el tipo más trabajador del pueblo. Las tierras de su propiedad, dicen los que me cuentan la historia, tienen el aspecto pulcro de unos jardines bien cuidados, a pesar de ser tierras de labranza. Ni un hierbajo, dicen. El agricultor se ha propuesto alcanzar esa perfección y que no se diga lo contrario. Pero, claro, me cuentan, toda esa pulcritud es una especie de trampa. El tipo ha madrugado siempre mucho más que los otros agricultores del pueblo. Acude cada mañana al campo con su tractor, para limpiar y arreglar. Tiene ya más de setenta años y sigue igual, a pesar de que la mayor parte del terreno a su alrededor ya se ha vendido y los otros agricultores se han jubilado. El tipo sigue. No tiene hijos. No se ha casado. Continúa proyectando su obsesivo perfeccionismo agrícola; a pesar de que ya no hay público al que deslumbrar. Acude como siempre con su tractor y hace lo que tiene que hacer. Hay quien se ríe de él. Es absurdo, dicen. Comemos y bebemos y pasamos a otro asunto.

Un licenciado en informática, de izquierdas. Trabaja para una consejería de un gobierno de derechas. El tipo es muy rojo, me cuentan, sin embargo su trabajo consiste en rastrear en internet las noticias negativas que circulan en torno al gobierno de derechas y tratar de eliminarlas o contrarrestarlas, contaminando la red con bulos favorables a la derecha, ruido y mentiras que escondan lo malo que se ha publicado sobre el gobierno citado. ¿No tiene problemas de conciencia?, pregunta alguien, con ingenuidad. El narrador remarca nuevamente que se trata de un tipo muy de izquierdas, muy rojo, dice, pero que no puede rechazar el trabajo, tal y como están ahora las cosas.

Dos amigos. Uno es el valedor del otro. Trabajan para la misma empresa. El valedor era jefe y un trabajador competente, me cuentan, se trata de un tipo innovador, inteligente. El otro, el amigo, tiene don de gentes pero mucha menos capacidad de trabajo. Ha habido cambios. Es una época tumultuosa. La gente se va a la calle a la primera de cambio. Sobrevive quien sabe hacer favores a la gente importante, el que sabe mover los hilos que haga falta. El tipo sin mucha capacidad de trabajo, el amigo, finalmente ha prosperado, milagrosamente ha ascendido en la empresa. Del valedor nada se sabe; su puesto está en el aire, tal vez sea despedido.

3 comentarios:

  1. "La vida es un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y de furia, que no tiene ningún sentido"

    Macbeth, 5.º acto, escena V

    ¿Qué tal el descanso laboral?

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  2. Yo creo que te da para una novelita coral.
    Cefi.

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  3. pues llevo mal no trabajar, Lans, no sé qué hacer, dormir, comer, leer, vaguear, no es lo mío, lo mío es el curro, ay...

    Cefi, lo coral tiene poco interés a estas alturas;

    un saludo

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