Todas las cosas cotidianas
entran en conflicto a veces
con una melancolía abstracta,
esencial e imposible.
Uno sabe lo que tiene que hacer
en cada momento.
Cuelgan
los horarios como lava extinta,
emanando una melodía tristona
y repetitiva. Uno sabe
lo que hacer
y lo hace.
Nada extraordinario.
Las horas insisten
como la muerte.
Me gustó tu poema especialmente. Su lenguaje, fuera completamente del plano metafórico, se muestra desnudo, muy sencillo, igual que lo quieres decir, cosas que están ahí. A cambio hay dos comparaciones muy acertadas haciendo referencia al tiempo. Gran tema.
ResponderEliminarhombre, gracias por el comentario; lo agradezco precisamente viniendo de un poeta
ResponderEliminar