viernes, 23 de marzo de 2012


Malos tiempos para las comunidades educativas. Vale, son malos tiempos para todos; pero uno habla de lo que le concierne. Aumento de la ratio. Vamos a llegar a los treinta y cinco alumnos por grupo, como en la posguerra. Recuerdo que cuando empecé a trabajar se hablaba de que la ideal era una ratio de quince, dado el cariz que estaba tomando el asunto. Ahora estamos en treinta. A ver quién da más. Reducción de desdobles, que hasta ahora se dan en algunas asignaturas precisamente para alcanzar ese ideal de pocos alumnos y la mejora de la calidad. La calidad, un tema apasionante. El PP pretende mejorar la calidad presionando al profesorado. Menos profesores y más incómodos. Menos sueldos que pagar, en cualquier caso. Ahora dicen que después de los recortes sobran plazas, claro. Pero no ya de interinos. Ésos se van fuera directamente y sin contemplaciones. No obstante los definitivos ya no tienen el puesto asegurado. Si sobran plazas ocupadas por definitivos, el último en llegar se va. ¿Adónde? Ni se sabe. A la Conchinchina. Poco importa que uno haya tardado años en acercarse a su pueblo o ciudad. El mes de julio, a currar, como todo el mundo. Ya está bien de tener más vacaciones que nadie. No importa lo que se haga. (A lo mejor se les ocurre alargar el curso.) Si nada hay que hacer en los centros educativos vacíos de alumnos en pleno verano, a inventarse cursos, actividades estivales ludico-festivas, lo que sea. Pero en casa, no. Esto último ni siquiera es una medida de ahorro. Es, en todo caso, una medida de desprestigio del profesorado (los profes son unos vagos, que trabajen) y una medida de extorsión (que se jodan los putos profes). Se trata de una especie de populismo muy de derechas. Por algo se hacen llamar populares. Recogen una opinión popular (los profesores son unos vagos, que trabajen las mismas horas que el resto) y la atacan, de frente, con valentía y contundencia, para que todo el mundo se dé cuenta de quién manda aquí. Vaya forma de pervertir el lenguaje. Hay palabras bellas que se tornan siniestras en manos de la derecha. Qué atractiva es la libertad para el individuo que ha sufrido alguna forma de esclavitud. Sin embargo, si la libertad significa que los fuertes, los poderosos, están libres de reglas para de ese modo extorsionar impunemente a los más débiles, entramos ahí en un paisaje maligno, perverso, de un oscurantismo total. Libertad para quién, hijos de puta.

3 comentarios:

  1. Tu lo has dicho, Libertad para quién, hijos de puta. No puedo estar más de acuerdo en todo lo que comentas en esta entrada. Mi mujer es profesora de História en la secundaria y va a sufrir exactamente todas estas barbaridades que nos cuentas. Y lo grave es que el populacho, como dices, en una gran mayoría está de acuerdo, por lo que tu dices, porque no tienen ni puta idea de lo que va el tema, ni de lo que trabaja realmente un profe, ni de las miles de reuniones que se hacen fuera de su jornada de trabajo. En fin, "que se jodan los putos profes que son unos vagos" piensan, y no se dan cuenta de que si en la clases se pasa de 30 niños a 35 todos aprenderán un poquito menos, que si exprimimos como se está haciendo a los profesores estos acabarán más quemados de lo que esta y la enseñanza que darán sera peor. Y los putos políticos aluden a la profesionalidad para estrujar, a la vocación de los profesores. En este modelo de educación solo los niños a los que realmente se les de bien tirarán para adelante. Y a los que les cueste no tendrán ningún tipo de oportunidad. En fin, vivimos en el país que vivimos, no hay más. Por cierto, cambiando de tema. Estoy leyendo "Stoner" de John Williams. Libro y autor que conocí en este blog.

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  2. supongo que a todo se adapta uno, pero la que se nos cae encima nos puede hacer la vida un poco más insoportable y, como digo, va a tirar la calidad de la enseñanza por los suelos; ellos se empeñan en compararnos con los centros privados, en los que se exprime al profesorado al máximo impartiendo más de veinte horas semanales; pero no tienen en cuenta que los centros privados seleccionan el alumnado y no tienen los problemas de integración y conducta que tenemos en la pública; pero, claro, la estrategia es devaluar la educación pública en favor de la privada...

    espero que te guste el libro de Williams

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  3. Mi padre fue profesor de instituto y se prejubiló hace un par de años. Justo a tiempo, por lo que veo.

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