martes, 21 de febrero de 2012



La Guerra Civil Española tiene interpretación en términos revolucionarios. Fue una guerra simbólica y por ello atrajo la atención internacional como lo hizo. En cierto modo, en la pugna se debatía la posibilidad de una revolución a la española frente al fascismo; fue el pulso de estas dos grandes fuerzas. Nadie sabe lo que hubiera ocurrido si hubiera triunfado la izquierda. Probablemente el territorio español hubiese caído bajo el influjo poderoso del estalinismo y no hubiese sido posible determinar el aspecto de una revolución a la española, nuestra, de aquí.

Pero lo importante es que aquí se produjo ese debate y no en otro lugar. Hubo esa inquietud. Hay un savia española de vanguardias y de ideas. Hay un impulso nuestro, de aquí.

Algo similar (salvando la distancia histórica y de importancia en cuanto a las consecuencias) ha ocurrido recientemente con el rollo ése de los Indignados. Yo creo que indefinido en sí mismo, tal vez; no obstante sintomático, inquietante, como aviso de la presencia de algo, un malestar, una indocilidad, un resentimiento social. Que haya sucedido aquí, como preludio, y se haya contagiado en el extrajero es motivo de orgullo. No somos tan tontos ni tan provincianos, joder. Nos imitan.

A pequeña escala, como cosa nacional, la Valencia de la que tanto se burlan los forasteros, por provinciana y conservadora, por la especulación inmobiliaria y la corrupción, por feudo del PP, por la desmesura de la obra pública y monumental, esa misma Valencia está dando ejemplo siendo avanzadilla en las protestas estudiantiles. Tal vez los jóvenes valencianos no sean tan tontos, ni tan provincianos, como lo fuimos nosotros, los no tan jóvenes. A ver qué pasa.

3 comentarios:

  1. Curioso, yo tengo ya listo un post sobre esto. Las coincidencias no existen

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  2. esta coincidencia llega para que nos reconciliemos de manera total y definitiva: padre, el hijo pródigo ha vuelto

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  3. (?)Yo no necesito reconciliarme contigo, confuso hijo, primero porque no me conilié nunca de hecho, y segundo porque no ando enfadado con vos, y si vos lo estabáis conmigo, es sabido que era problema vuestro, no mío.

    (Y hablando de hijos pródigos, ejem, hijo: es mejor que te busques un pisito para tí, yo no tengo sitio)

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