lunes, 28 de noviembre de 2011




Francisco Umbral y Juan Carlos Onetti juntos serían como una pareja humorística estilo Tip y Coll, o algo parecido. De la España machista, de otra época, de un humor facha, con una modernidad extraña, formalista y libre. Ambos son anarquistas de espíritu; el uruguayo, hacia adentro, en su mundo, con su región inventada y sus putas viejas, viciosas y arribistas; el vallisoletano, si se quiere, hacia afuera, construyendo una ficción sobre sí mismo, su figura y su memoria; con una personalidad airada totalmente impostada, entre el dandy francés y el paleto castellano, también con sus putas, las putas mujeres con las que copuló, o dijo que había copulado. Vaya pareja. Escritores rancios rancios. Yo no sé si se conocieron en vida. Onetti al parecer vivió en Madrid los últimos años de la suya; es posible que Umbral lo fuese a ver, tal vez no. Para mí hay entre ellos cierto compaginamiento; pues los leo a la vez, por las noches, antes de dormirme, primero cojo el libro de Francisco Umbral, Los helechos arborescentes, y luego el de Juan Carlos Onetti, Cuando ya no importe. Primero me río hacia afuera, luego hacia adentro; y luego me tomo la pastillita y me duermo. Tanto es así que estoy pensando que en esos libros el uno se acerca al otro; es decir, Francisco Umbral se acerca a Juan Carlos Onetti, pues en Los helechos, la prosa desvariante del escritor castellano se torna onírica, barroca como siempre, pero inusualmente imaginativa, surrealista a veces, poblada de fantasmas y personajes inventados, con una trama absolutamente inverosímil; Onetti, no obstante, como siempre, ahondando en su especial automatismo, escribiendo como si estuviera borracho, a la vez culto, es decir, refinado, y deslavazado. Son como un complemento el uno del otro. Un mismo escritor, con temperamentos divergentes. Dos en uno. Las dos caras de una misma moneda. Ranciedad y puterío.

4 comentarios:

  1. Cierto, además sus rostros comparten cierto aire familiar.

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  2. Nunca habría hecho la asociación. Y ahora nunca podré deshacerla.

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  3. gracias por los comentarios, Lans, Rufus, Jart... se dan un aire, sí; Umbral es un poco más guapo, sólo un poco; pero Onetti lleva con más estilo las gafas de pasta

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