lunes, 29 de agosto de 2011

Viajamos a Málaga a ver una muestra del pintor Luc Tuymans. Visitamos además el Museo Picasso. Me quedo con los cuadros de su última etapa; extraordinariamente ágiles, de pincelada ámplia y robusta. El Picasso viejo pintaba de hecho como cuando uno repite algo muchas veces y es capaz de hacerlo casi automáticamente. Ese casi automatismo define la pintura última de Picasso; consiguiendo a veces efectos plásticos extraordinarios.

David Douglas Duncan, fotógrafo, pasó largas temporadas junto al pintor. Sus fotos ilustran el estilo de vida del genio malagueño. Douglas Duncan lo ha fotografiado y lo cuenta en un documental. Una constelación de objetos danzantes, diseminados por toda la casa. Picasso en calzoncillos, desinhibido. Su mujer y sus hijos por allí, incordiando, juguetones. La cotidianidad como juego; como experiencia infantil, poderosa y placentera.

4 comentarios:

  1. El camino que va desde esa cotidianeidad hasta el arte como expresión no es sencillo pero si se consigue recorrer con éxito, el resultado es embaucador. Llega a todos. Interactúa con todos y pronto esa obra será de todos. Hay pocos que hayan sabido hacerlo tan bien.

    ResponderEliminar
  2. ocurre con Lorca, claro; estoy de acuerdo en la no sencillez de ese, como dices, camino de la cotidianidad al arte

    ResponderEliminar
  3. Si te refieres, como creo, a la época de sus series (El Taller del artista, Las meninas, Autoretrato de Rembrandt, etc.) estoy absolutamente de acuerdo contigo. De hecho, conseguí entusiasmar a P., que 'odiaba'esa época picassiana (ella, en cambio, no ha conseguido que me guste en general Dalí, Pigmalion cabroncete que soy)

    Me gusta tu nuevo blog , 'Daughter'

    ResponderEliminar
  4. las series son anteriores, creo, de los cincuenta y los sesenta; yo me refiero al Picasso terminal, el de los setenta

    ResponderEliminar

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.