Mi verso mudo, mi callado verso,
pero aciago -mal le pesen las riendas-,
¿a dónde en esta opresión iremos a quejamos
y a quién decir la vida que llevamos?
Por mucho que, pasadas ya las doce, buscando
detrás de la cortina, con cerillas, el ojo de la luna,
expulses de los restos de tu mueca opaca,
con la mano, en la mesa, el polvo de la locura.
Por mucho que embadurnes este espeso escrito,
más denso que la miel, ¿con quién quebrar
en la rodilla, o en el codo al menos,
una vez más, el trozo ya cortado de mi callado verso?
sus ensayos reunidos en 'Marca de agua' (watermark) me encanta
ResponderEliminarése es un libro extraño; entre poesía, ensayo, diario y libro de viajes; y, oh, sí, me encanta...
ResponderEliminar